¿Quien no se ha enamorado alguna vez en su vida? Caer en ese estado de "Encantamiento" por una persona a la que percibimos como única e insustituible es una dulce tortura. El enamoramiento altera la conducta y las percepciones, nos provoca un placer intenso y un sufrimiento insoportable, cercano a la obsesión. Por suerte o por desgracia, se trata de un estado pasajero que puede dar lugar a una relación estable mucho mas serena... o no.
El enamoramiento es una atracción irresistible hacia una persona que nos llega a absorber casi por completo.
Emoción, pasión sentimiento se incardinan entre si provocando entusiasmos eróticos e interpersonales. Con el deseo y la afinidad se asocia un estado de "encantamiento" por una persona concreta, que es percibida como única e insustituible, y se convierte en el eje de nuestra vida, promoviendo impulsos de unión, entrega, posesión y gozo con el otro. Los sentimientos de ternura y de reciprocidad se unen a las fantasías y los comportamientos de proximidad, contacto y compromiso.
Cuando vemos o pensamos en esa persona se nos dispara una taquicardia, respiramos más rápidamente y nos invade una oleada de calor. Hay sujetos que incluso adelgazan (claro que todo depende de la cantidad y calidad de las cenas conjuntas de los enamorados), y a la mayoría les brillan los ojos de una manera especial durante esa época. Los enamorados hablan mas de lo habitual o se cierran en un mutismo ensoñado, se sienten alegres, casi eufóricos, y languidecen de añoranza y despecho cuando no son correspondidos.