Muy poca gente ha dejado de experimentar ese estado alguna vez en su vida. Y la mayoria, aunque le teme un poco por su capacidad de alterar el ánimo, o por el sufrimiento o placer intenso que comporta de forma aleatoria, lo recuerda con cariño, como si estar enamorado almenos una vez en la vida fuera una meta vital que nuestra cultura nos impone de forma sutil.
Hay dos puntos básicos, en los que la mayoría de teorías sobre el enamoramiento coinciden: la persona que halla en ese estado debe sentirse fisiológicamente excitada cerca del amado; además, debe interpretar que esas sensaciones experimentadas se pueden considerar amor.

lunes, 18 de julio de 2011

El encanto del amor

¿Quien no se ha enamorado alguna vez en su vida? Caer en ese estado de "Encantamiento" por una persona a la que percibimos como única e insustituible es una dulce tortura. El enamoramiento altera la conducta y las percepciones, nos provoca un placer intenso y un sufrimiento insoportable, cercano a la obsesión. Por suerte o por desgracia, se trata de un estado pasajero que puede dar lugar a una relación estable mucho mas serena... o no.
El enamoramiento es una atracción irresistible hacia una persona que nos llega a absorber casi por completo.
Emoción, pasión  sentimiento se incardinan entre si provocando entusiasmos eróticos e interpersonales. Con el deseo y la afinidad se asocia un estado de "encantamiento" por una persona concreta, que es percibida como única e insustituible, y se convierte en el eje de nuestra vida, promoviendo impulsos de unión, entrega, posesión y gozo con el otro. Los sentimientos de ternura y de reciprocidad se unen a las fantasías y los comportamientos de proximidad, contacto y compromiso.
Cuando vemos o pensamos en esa persona se nos dispara una taquicardia, respiramos más rápidamente y nos invade una oleada de calor. Hay sujetos que incluso adelgazan (claro que todo depende de la cantidad y calidad de las cenas conjuntas de los enamorados), y a la mayoría les brillan los ojos de una manera especial durante esa época. Los enamorados hablan mas de lo habitual o se cierran en un mutismo ensoñado, se sienten alegres, casi eufóricos, y languidecen de añoranza y despecho cuando no son correspondidos.